15 feb 2008

De lo Social

LA COLONIZACIÒN UN MAL DE 516 AÑOS Y …
…RAÌZ DE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

Sólo de la mano de la historia podemos desenmarañar los orígenes de los conflictos, nada se manifiesta por azar, todo tiene una evolución o unas causas. La violencia en Colombia y sus diversas manifestaciones, no es porque haya “personas malas o buenas”, es que nuestro país ha tenido una historia bastante compleja, conocida por unos pocos y desconocida para la mayoría, se cuenta a medias, se analiza muy poco y es silenciada por conveniencias. Dimensión Misionera se remite al pasado para analizar la colonización y sus repercusiones que hasta hoy deja innumerables desplazados, buen número de muertos, pobreza y enriquecimiento para algunos. Por eso visitamos a Héctor Mondragón un gran conocedor del tema que como economista y asesor de movimientos campesinos e indígenas ha vivido cerca el sufrimiento de esta población colombiana

Por: Alba Rocío Báez

Son las 10 y 30 de la mañana, y Héctor Mondragón ha abierto las puertas de su casa a la revista Dimensión Misionera; recién llega al país pero desea compartir con todos los lectores su amplio conocimiento de la colonización en Colombia.

El diálogo se prolonga por más de una hora y salen a flote un mundo de análisis sobre la realidad y la crudeza del conflicto nacional. Mientras tanto pienso que ha sido pertinente la elección de este personaje para un tema tan olvidado y poco conocido para quienes hemos nacido en la ciudad, y Mondragón que ha estado cerca de colonos e indígenas puede contarlo.

También recordaba, que hace más de un año había elaborado una investigación para esta revista sobre la urgente necesidad de una reforma agraria que no se hacía desde 1936 para darle salidas a esta violencia rural. Sin embargo con el tiempo, apareció el Tratado de Libre Comercio –TLC-, la legislación sobre el agua, los bosques, la fumigación de parques naturales, la extinción de dominio, entre otros, que no alivian el problema sino que lo empeoran, ¿y una verdadera reforma agraria? Por ningún lado.

Y Héctor Mondragón tocaba el tema haciendo un amplio recorrido en la historia nacional; sus conceptos tan claros y elocuentes nos llevan a pensar que la paz de Colombia sólo está cuando volvamos a valorar el campo y su gente, cuando con justicia social y económica sus pobladores reciban lo que les pertenece.

La charla inicia cuando le pregunto a este economista:

-¿Podemos decir que la colonización en las décadas del 50 y el 60, es la misma de hoy?

Entonces iniciamos un apasionante viaje por la historia de Colombia, en la que usted lector(a) encontrará importantes respuestas.

Y él con toda certeza responde:

“Yo creo que sí, que hay una continuidad en la historia de la colonización en Colombia que viene desde la conquista española y la colonia, una vez que se asientan los conquistadores y empiezan los españoles a despojar a los indígenas de sus tierras agrícolas”.

“Recordemos que por un aparte se venía de una situación de gente pobre de España y por otra, nacía el mestizaje que fue creando un proceso bastante asimétrico en el cual parte de la migración conquistadora fue masculina, y está hoy demostrado por la genética, que más del 80 por ciento de los colombianos aunque vienen de esos primeros conquistadores españoles no vienen de una mujer española sino de una indígena. Entonces toda esa población mestiza que viene surgiendo con este proceso va generando en la población campesina un nuevo estatus, porque en algunas ocasiones recibían tierras del rey y a veces las obtenían de manera espontánea. Así mismo se iba penetrando en nuevos territorios indígenas pero ya no en tierras mejores para la agricultura y más alejadas donde se tumba la selva”.

“Este es un proceso que tiene varias oleadas y que en mucha parte se produce al servicio de las haciendas. Existía el sistema que después se denominó el colonato en el cual personas con dinero contrataban campesinos pobres para que tumbaran la selva, abrieran una finca y establecieran allí cultivos; luego esa misma persona que había abierto la finca tenía que abandonarla por el contrato que había hecho. Este sistema se establece en el país –colonato- en la época independiente y de esa forma la frontera agrícola se fue corriendo una y otra vez. Esta es en gran parte la historia nacional, que es silenciada, in visibilizada y que no se conoce por muchas personas, es una parte esencial y abre a Colombia”.

- Ahora Héctor avanza y comenta sobre otro hecho:

- “Un episodio más reciente de este proceso es la colonización para el café; un nuevo impulso colonizador que se hace fundamentalmente en Antioquia y en el viejo Caldas, que llega inclusive a zonas del norte del Valle, Tolima y también en Cundinamarca en el que se produce todo un conflicto de tierras; allí vemos que este proceso de colonización vive en constante conflicto entre la hacienda que trata de extenderse, no sólo por el hacendado colonial sino ahora el nuevo hacendado de origen republicano, y su posición política a través de los partidos en las guerras civiles”.

- ¿Y entonces cómo funcionó ese poder político para la tenencia de la tierra?

- “También es un fenómeno muy ligado a la apropiación de la tierra, la fabricación de escrituras en las notarías valiéndose del poder político; todo este proceso que tiene un contenido legal también tiene su parte violenta, de hecho el enfrentamiento más grande se da entre ese colono que empieza a querer tener sus tierras porque no va a seguir en el proceso indefinido de tumbar la selva, y el hacendado que busca quedarse con esa tierra por diferentes medios, ya sea con contratos en notarías o por una acción violenta para obligar al colono a irse. Eso produce las grandes luchas por la tierra a principios del siglo 20 que en buena parte fue la pelea de los colonos por defender su tierra -la tierra para el que la trabaja-“.

“Toda esa lucha contra la escritura fabricada logra una sentencia de la Corte Suprema de Justicia que decía que para probar que alguien era propietario de la tierra tenía que demostrar un título original del Estado. Entonces los dueños de esas escrituras amenazan con que van ha hacer una guerra civil y para evitarla se llega al acuerdo que sean sobre aquellas escrituras registradas antes de 1917 se aceptan y en adelante no se aceptarán como forma de apropiación de la tierra. Esto es una especie de tratado de paz y fue roto con la violencia del 46 al 58; sin embargo la norma siguió vigente hasta el año pasado porque volvieron a ser permitidas las escrituras fabricadas”.

“Esa lucha histórica de los colonos -la ley 200 del 36, que todavía está presente en nuestra constitución actual - también refleja la función social de la propiedad, pues la propiedad tiene un derecho al uso y no al abuso, pero hoy fue modificada de una manera atroz con la extinción de dominio -ley 1152 de 2007-“.

“Esta ley igualmente le dio una opción al colono pues decía que si alguien tenía más de 300 hectáreas y no las usaba para la agricultura y la ganadería perdía la propiedad, y como los campesinos llegaban ahí, se establecían, trabajaban los predios 50 ó más años y de pronto aparecía el que tenía el título a reclamar tierras ya organizadas pues se le tituló la tierra a quien si la había ejercido”.

Pensaba mientras Héctor proseguía, que Colombia sigue siendo peregrina y que lo seguirá siendo mientras la colonización se expanda selva adentro: abriendo trocha por la fumigación de la coca, la presión de los grupos armados y sus intereses por la apropiación de la tierra, y el hambre.

“Pero con la violencia del 48 al 58 se recrudece el fenómeno de la concentración de la propiedad, dejando 200 mil personas asesinadas, dos millones de campesinos desplazados, que comparativamente con los de hoy son más porque aunque tenemos más de tres millones y medio somos 44 millones de personas”.

“Aquí se genera una nueva ola de colonización ya que este despojo provoca un alud de colonos, que llegan a varias partes del país pero el mayor número fue la Orinoquía y otra parte se fue a las ciudades, es decir, que el fenómeno de desplazamiento forzado en Colombia es también campo–campo”.

La horrorosa marcha de colombianos desde su sitio de origen hasta lugares ajenos en desplazamiento forzado, no es de hoy, esta desconsoladora realidad ha echado profundas raíces que deben extirparse en profundidad, porque la deuda histórica es grande con ascendientes y descendientes colonizadores.

“Se combinan dos fenómenos para generar el desplazamiento: por una lado la falta de tierra que siempre ha sido el motor del colono pero por otro, la violencia que empuja a una colonización forzada; la mayoría de estas colonizaciones son espontáneas pero como aparece el fenómeno de la guerrilla se dan casos de colonizaciones donde la gente va armada. Es el caso de la columna de marcha que fue desde el Sumapaz y el oriente del Tolima a partir del año 54, y que se llamó la colonización de lo que es El Pato y El Guayabero; esos fueron colonos expulsados pero que no iban solos, digámoslo así, iban con gente armada que enfrentaba a su vez al sector oficial que los había desplazado de estas regiones. Esta es una característica que empieza aparecer en los años 50: la colonización con grupos armados que en un principio eran liberales pero también fue comunista en un determinado momento después del 54”.

“Vemos un fenómeno que hoy es característico en varias de las colonizaciones del país y es que se inicia una correlación entre el fenómeno de la colonización y el de la guerrilla; esas colonizaciones logran ciertos tratados de paz y pareciera que se hubieran logrado después del 59”.

Pero la historia del país no termina aquí, la colonización permanece viva: unas veces dirigida y otra espontánea. Hoy el narcotráfico le pone un nuevo tinte, así como la apropiación de la tierra productiva que está en manos de grupos al margen de la ley. Lastimosamente las páginas se quedan cortas para esta narración y les quedamos debiendo a nuestros lectores, así como a Héctor Mondragón que tiene muchas cosas más que contar.

Hasta aquí llegamos y ¿será que la colonización permanecerá en el futuro?; ¿Qué puede pasar después del fenómeno post FARC, post ELN, post narcotráfico, post para militarismo, post Plan Colombia y post Plan Patriota?

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