“Cuando seáis muchas, iréis también a América”: ¡Su predicción se cumplió!
Por: Sr. Fede Canale, Misionera de la Consolata.
Algunas notas son tomadas del libro “50 años en la
ruta de una profecía” de Brunalda Bonardo.
No podemos hablar de los humildes inicios de la presencia de las Misioneras de
Como consecuencia de la segunda guerra mundial y expulsadas de Etiopía (1941- 1942), las Misioneras, reunidas en Italia, esperanzadas en poder llegar a otras tierras africanas, cambiaron de ruta, dirigiéndose a otra orilla, a otras gentes. Y así fue como también llegaron a Colombia el 19 de enero de 1950. Fue el Padre Antonio María Torasso, primer Superior de los Misioneros de
Después de una conmovedora ceremonia del mandato misionero en Italia, un grupo de ocho Misioneras participan de esta; dos de ellas,
Las restantes hermanas eran Sr. Concetta Comi, Sr. Dorina Lonati, Sr. Riccarda Gallo, Sr. Piera Golinelli, Sr. Ippólita Poma y Sr. Coltura Russo.
Así, con el corazón inundado de alegría mezclada con aquel sentimiento de melancolía, las ocho intrépidas misioneras partieron para su destino: Colombia. Con ellas venía también por primera vez el Padre Lino Fox, Misionero de
Así lo refleja
“…Nos encontramos en Barranquilla. Finalmente pisamos suelo colombiano. Cuántos sentimientos y amor en lo íntimo de nuestro ser.
…Estamos de nuevo en el aeropuerto, esta vez para salir hacia el corazón de Colombia.
Dentro de pocos minutos estaremos en Bogotá, nuestra misión, la porción de tierra que el Señor nos confía. Nos sentimos emocionadas y felices, con grandes expectativas por lo nuevo de todo…y con gran coraje misionero.
Aterriza el avión e inmediatamente notamos la presencia de los Misioneros de
…Finalmente aparece una inmensa muchedumbre; el vehículo para y bajamos, precisamente en medio de la gente que nos aplaude y que se acerca para saludarnos. Son las personas que amamos antes de conocerlas y por las cuales hemos venido. Aplausos, cantos, apretón de manos, augurios, voladores, son el vocerío de Bienvenida.
Ahora descubrimos la capillita que desde la llegada de los Misioneros está dedicada a
A unos
Las ocho hermanas Misioneras iniciaron su labor apostólica en este Barrio El Vergel; en poco tiempo las Misioneras empezaron su actividad con un colegio de primaria mixto en los primeros grados, alfabetización nocturna para adultos, centro de salud, visitas a las familias, catequesis, canto litúrgico etc. Una de las opciones prioritarias al inicio fue la educación de la niñez y de la juventud, para favorecer el desarrollo integral de la persona y garantizar para estos un porvenir seguro y digno.
El Colegio Hermanas Misioneras de la Consolata, se inició el 6 de marzo de 1950 con 90 alumnos. Este creció rápidamente y fue aprobado el 23 de junio de 1952. La primera directora del plantel fue
Las 6 restantes ya gozan de la gloria y la corona de los apóstoles.
En Colombia las Misioneras hicieron historia dejando huellas misioneras en Puerto Salgar (Cundinamarca), Caldas, Caquetá, Antioquia, el Meta, la Costa, el Putumayo, etcétera.
La evangelización ha sido siempre la pasión de cada misionera especialmente en las zonas más aisladas y de riesgo.
Jóvenes colombianas han dado su “sí” al llamado urgente de Jesús de anunciarlo en todo el mundo, buen número de ellas se realizan actualmente en la misión Ad Gentes en varios continentes.
Las Misioneras de
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